Los relojes se pueden clasificar atendiendo a muchos criterios, pero uno de ellos es su movimiento, En este caso podemos distinguir entre modelos mecánicos y automáticos. No obstante, los segundos, en realidad, no dejan de ser una variante de los mecánicos. Por eso, quédate con nosotros para descubrir qué es un reloj automático.
Qué es un reloj automático
Quizás hayas oído hablar de esta nomenclatura, pero es posible que no sepas con certeza qué significa reloj automático. Esta forma de clasificar los relojes se denomina así porque se contrapone a los relojes mecánicos, que son los que funcionan únicamente cuando les damos cuerda.
Los relojes automáticos, en cambio, tienen un plus añadido, y es que tienen la capacidad de darse cuerda por sí solos, a través del movimiento del brazo cuando lo llevamos colocado en la muñeca. De algún modo, estos relojes son una simbiosis entre humano y máquina. En realidad no son más que relojes mecánicos que aprovechan su mecanismo para funcionar, ya que no necesitan pilas para su funcionamiento.
Así, cuando la posición de la muñeca cambia o se realizan movimientos bruscos, el rotor del movimiento gira y carga el reloj mediante un engranaje. Por su parte, los relojes de cuerda manual, los mecánicos, se cargan girando la corona.
Cómo funciona un reloj automático
El movimiento automático de un reloj de este tipo es fácil de explicar, aunque es la parte del reloj más compleja en su diseño. Su maquinaria mueve unas manecillas gracias al rotor. Esta pieza gira sobre un eje del que dependen varios engranajes, que son los que dan cuerda al muelle y cargan el reloj.
En definitiva, la función del rotor es la misma que la de dar cuerda al reloj por medio de la corona. Y para que el rotor oscile, es necesario hacer un movimiento brusco de muñeca.
Estos relojes utilizan la energía cinética para hacer funcionar los ejes. No obstante, existe el temor de que el movimiento excesivo de la muñeca acabe sobrepasando el resorte del mecanismo una vez el reloj esté totalmente cargado. Por suerte, este posible problema ya se ha solucionado añadiendo un tope que evita que se rompa el muelle principal.
Un aspecto al que sí hay que estar atento es al del desuso. Si pasa algún tiempo sin utilizarse un reloj automático, basta con que sean unos días, este termina parándose. La buena noticia es que con solo darle un poco de cuerda y ponértelo en la muñeca ya volverá a su funcionamiento habitual. Eso sí, tendrás que ajustar de nuevo la fecha y la hora.
Consejos para el cuidado de un reloj automático
Una vez que sabemos cómo funciona un reloj automático, lo siguiente es conocer sus cuidados. Generalmente, estos modelos están muy cotizados en el mercado, de modo que requieren de unos cuidados especiales que alarguen su vida para disfrutar más tiempo de ellos.
Hay que prestar especial atención a lugares con escáneres o máquinas que funcionen con campos magnéticos, ya que a cierta distancia del reloj pueden imantar las piezas de su mecanismo. Asimismo, a la hora de limpiar el reloj hay que proceder con mucho mimo, puesto que el cristal de la esfera puede verse afectado.
En este sentido, conviene limpiarlo de manera frecuente, procediendo igual que hacemos con las gafas. El cristal debe ser tratado como una lente, echando mano de una toallita que no deje residuo ni dañe la superficie.
¿Qué ocurre si el reloj se retrasa?
Otro de los asuntos a vigilar con los relojes automáticos es el retraso que van acumulando. Normalmente, admiten pérdidas de precisión de entre dos y 30 segundos diarios. Cuando esta cifra está por encima de los cinco segundos en el ciclo horario diario ya es motivo suficiente para llevarlo a un relojero de confianza.
El desfase está muy condicionado por la calidad del reloj y el mecanismo que utilice. Por eso, si no es un modelo muy preciso, tampoco será de gran utilidad llevarlo a un relojero. Existen relojes automáticos en el mercado que son de muy mala calidad, evidentemente no son los que nos interesan como coleccionistas o amantes de los relojes.
Cuidados del mecanismo interno
El mecanismo interno de los relojes automáticos es especialmente sensible debido a la elevada cantidad de piezas que contiene y a sus engranajes milimétricos. Es aconsejable evitar fuertes golpes y caídas.
Si no tiene un sistema de amortiguamiento de impactos, no lo sometas a ambientes con vibraciones muy fuertes, ya que esto puede provocar que se pare y se desajuste. El simple hecho de ir en moto, puede ser suficiente como para que el reloj sufra más de lo que debería.
Por otra parte, evita exponer el reloj a fuertes cambios de temperatura y, si tienes que mojarlo, asegúrate de que sea un reloj sumergible de verdad y revisa previamente que la corona está bien apretada para que no entre agua al interior de la caja.
Estuches con movimiento para relojes
El consejo final es usar constantemente el reloj para que no se pare. Si tienes varios modelos y no puedes llevarlos todos siempre en la muñeca, una solución pasa por los estuches con movimiento, que son pequeñas cajas que los protegen de daños exteriores y ponen a girar el reloj para simular el movimiento de la muñeca.
Ahora que ya sabes qué es un reloj automático, ¿te atrae la idea de usarlos? En el mercado puedes encontrar decenas de marcas de relojes de lujo con modelos muy precisos y elegantes con los que enseñarás al mundo piezas exclusivas y de gran valor.